jueves, 30 de diciembre de 2010

Literatura Hispanoamericana Siglo Xx


Literatura Hispanoamericana Siglo Xx

LITERATURA HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XX
TENDENCIAS EN LA NOVELA Y EL CUENTO

Aún a riesgo de omitir información importante y excluir involuntariamente autores y obras que merezcan ser citados, se intentará revisar someramente la trayectoria de la literatura hispanoamericana del pasado siglo veinte.   El enfoque estará puesto en la novela y el cuento, en las diferentes tendencias literarias y en sus principales exponentes junto a su obra reconocida.

La novela hispanoamericana contemporánea ha evolucionado rápidamente sobre los demás géneros puesto que refleja de una manera crítica la realidad americana. Dentro de esa evolución es preciso citar tres momentos claves: la narrativa realista-regionalista (dentro de la que hallamos la novela criollista y neoindigenista), la narrativa vanguardista (como la novela urbana, realista mágica, psicológica y fantástica) y la nueva novela o el “boom” de la novela hispanoamericana.
Con relación al cuento podemos distinguir un panorama muy variado que va desde el cuento realista-social al cuento fantástico, pasando por el cuento realista mágico y el psicológico.
Los rasgos literarios de estas tendencias están presentes tanto en el cuento como en la novela.

LA NOVELA REALISTA-REGIONALISTA
En las primeras décadas del siglo, la narrativa respondió a los cánones de la novela tradicional, siguiendo los cauces de la novela realista y naturalista del siglo anterior, es decir, la representación de una realidad objetiva, el relato lineal y el tiempo cronológico, con participación de un narrador absoluto. Los principales campos temáticos fueron el indigenismo, la realidad político-social (la miseria de los campesinos y los obreros, las dictaduras, las revoluciones, la colonización económica) y la lucha del ser humano con la Naturaleza, inexplorada, grandiosa, omnipotente. Es la novela regionalista, la novela de la tierra, del ámbito rural. También es la novela de la revolución, haciendo la crónica, por ejemplo, de la revolución...

Narrativa hispanoamericana del siglo XX (1ª generación)

Por si la obra de sus grandes poetas no fue suficiente, el extraordinario desarrollo de la novela hispanoamericana confirma que el siglo XX es la época dorada de las letras del continente. Ya desde principios de siglo hay una intensa actividad narrativa y algunas grandes figuras preparan el posterior boom de los años sesenta.

Dos tendencias a principios de siglo

Del modernismo nace una corriente de relato breve de tema fantástico, que cultivó el propio Rubén Darío. Sus principales continuadores son el poeta argentino Leopoldo Lugones (ver t84) con relatos de temática misteriosa y mítica, y el uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937) con truculentos cuentos ambientados en la selva.
La otra tendencia, más desarrollada, será la novela realista y naturalista de tema autóctono, que aparece con notable retraso respecto a Europa. Presenta varias modalidades:
  • Novela de la revolución mexicana: la más importante es Los de abajo (1915), deMariano Azuela (1872-1952), que muestra escépticamente la guerra con toda su crudeza.
  • Novela indigenista: denuncia la opresión de los indios, como en El mundo es ancho y ajeno (1941), de Ciro Alegría (1909-1967), que cuenta la destrucción de una comunidad indígena por intereses económicos.
  • Novela de la tierra: con el tema de fondo del conflicto entre civilización y barbarie (ver t65) se narra la fuerza destructora de la selva (La vorágine, 1924, del colombiano José Eustasio Rivera, 1888-1928), el caciquismo latifundista (Doña Bárbara, 1929, del venezolano Rómulo Gallegos, 1884-1968) y la vida de los gauchos (Don Segundo Sombra, 1926, del argentino Ricardo Güiraldes, 1886-1927).

La renovación narrativa de 1940-1960

En la década de los cuarenta, Hispanoamérica se beneficia económicamente de la guerra europea y experimenta un crecimiento urbano. La vida cultural se enriquece además con la llegada de numerosos intelectuales españoles republicanos o europeos exiliados.
Comienza entonces la superación del realismo narrativo. Los rasgos innovadores serán la incorporación de la temática urbana, el uso de nuevas técnicas estructurales y el realismo mágico.
El realismo mágico consiste en una representación compleja del mundo, que admite al mismo nivel lo racional, lo onírico y lo fantástico. Se plantea como única posibilidad de tratar la realidad suramericana, muy distinta a la europea por la pervivencia de lo mágico o maravilloso, y por la fuerza telúrica de la naturaleza.
Ruinas de Machu Picchu.

Los cuentos de Borges

Jorge Luis Borges (1899-1986), cuya biografía y obra poética se han tratado en el t85, es autor de excelentes ensayos muy cuidados literariamente (Historia de la eternidad, 1936; Otras inquisiciones, 1952), pero destaca ante todo por sus cuentos (Ficciones,1944; El aleph, 1949 yEl libro de arena, 1975).
Su estilo, aparentemente distanciado pero muy emotivo, se caracteriza por la concisión y por la ironía, así como por su carga cultural (auténtica o ficticia). Su compleja temática de carácter filosófico y existencial, presenta varios submotivos:
  • Carácter ilusorio de la realidad, que se confunde con la ficción.
  • Misterio de la identidad: el doble, el sueño, la reencarnación.
  • Mundo como laberinto indescifrable.
  • Concepción circular del tiempo.
  
El escritor argentino Jorge Luis Borges, ensayista, narrador, poeta, hombre de extraordinaria cultura, es sin duda una de las más destacadas figuras literarias mundiales del siglo XX.

Asturias y Carpentier

  • Miguel Ángel Asturias dedica su novela más importante, El señor presidente (1946), a la figura del dictador, tema muy habitual en la narrativa hispanoamericana, pero situándolo en una atmósfera de pesadilla, donde se mezclan lo absurdo y lo grotesco.
    Su labor de estudioso de la cultura maya se refleja en Leyendas de Guatemala (1930) yHombres de maíz (1949). En su «trilogía bananera» (en la que destaca El Papa verde, 1954) se denuncia la injerencia norteamericana en Centroamérica.
  • Alejo Carpentier fue el primer teórico del realismo mágico en un prólogo escrito para El reino de este mundo (1949), historia de un levantamiento de esclavos en Haití en el siglo XVIII. En la misma época se ambienta El siglo de las luces (1962). Ambas novelas trazan un grotesco retrato de la fusión entre los ideales ilustrados y revolucionarios y la cultura africana de las Antillas.
    Con parecido estilo barroco se relata en Los pasos perdidos (1953) un viaje a través de la selva que acaba atrapando a sus protagonistas. Otras novelas del autor son Ecué- Yamba-O (1933), descripción vanguardista del mundo negro cubano, El acoso (1956), novela breve de compleja estructura acerca de un traidor, y El recurso del método (1974), centrada en una dictadura.




La literatura neoclásica. Contexto y características


La literatura neoclásica. Contexto y características


En el siglo XVIII se desarrolla la Ilustración, un movimiento intelectual que defiende la razón y confía en el progreso y en la educación. Asimismo, el nuevo modelo estético del Neoclasicismo recupera los principios del arte clásico.


La literatura del XVIII: el Neoclasicismo

Características
En literatura se impuso el Neoclasicismo: los autores ilustrados buscaron un nuevo modelo estético que respondiera a sus aspiraciones de mejora de la sociedad, de aplicación del pensamiento racionalista y de divulgación del conocimiento. Esto explica que triunfaran los principios clásicos, basados en la armonía y el equilibrio, y que se rechazaran los excesos de la imaginación y de la expresión que habían caracterizado a la literatura barroca. Al igual que había sucedido en el Renacimiento, el arte clásico se convirtió en el modelo de los ilustrados.
La literatura neoclásica queda también sujeta a la razón. Se escriben por entonces tratados que establecen las reglas a las que se debe someter toda obra literaria, como la Poética de Luzán (1737). En el siglo XVIII se defendían los siguientes principios en literatura:
  • La obra debía responder a un modelo universal y tenía que ser un reflejo de la realidad, ajustado a los principios de verosimilitud y decoro.
  • Las creaciones debían seguir la preceptiva clásica, sin mezclar lo trágico y lo cómico.
  • La literatura debía tener esencialmente una intención didáctica. La obra literaria había de cumplir el principio clásico de «enseñar deleitando». Sin embargo, el arte dieciochesco produjo también una literatura de inspiración clásica en la que se recreaban los placeres de la vida dentro de un entorno natural poblado por figuras mitológicas.
  • La creación literaria se guía por la razón, por lo que los escritores manifiestan su espíritu crítico ante el mundo que los rodea.
A finales del siglo, algunos escritores rechazan la rigidez de la normativa neoclásica y ensalzan los sentimientos por encima de la razón. Este movimiento se denomina Prerromanticismo, ya que anuncia ciertas características románticas.
Principales géneros de la literatura neoclásica
El espíritu crítico y el afán didáctico impregnan los géneros tradicionales y fomentan el desarrollo de otros, como el ensayo o la fábula.
El ensayo permite la divulgación del pensamiento ilustrado. Los principales ensayistas son Benito Jerónimo Feijoo y Gaspar Melchor de Jovellanos.
En el campo de la prosa de ficción, destacan la novela Fray Gerundio de Campazas, del padre Isla, y las obras de José Cadalso:Cartas marruecas, en la que la sátira social se vale del género epistolar, y Noches lúgubres.
La poesía se va a guiar por los criterios de didactismo y «buen gusto» y por la admiración a los autores grecolatinos propia de la época. Así, se desarrolla una poesía utilitaria y filosófica junto a una lírica sensorial de inspiración clasicista, que recupera géneros como las anacreónticas o que regresa a la ambientación bucólica. Ambas tendencias están representadas por Juan Meléndez Valdés, el poeta más significativo del siglo. La poesía en boca de pastores permite al autor neoclásico expresar sus sentimientos de una forma indirecta. Por su parte, las anacreónticas deben su nombre al poeta griego Anacreonte; en ellas se transmiten los deleites de la vida y se tratan temas como el amor, los banquetes y el vino. Asimismo, se recupera la fábula, género que se adapta perfectamente a la intención ilustrada de enseñar deleitando. Sus principales cultivadores son Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.
En el teatro se impone la preceptiva clásica y se rechaza la comedia barroca. Conscientes de la importancia social del fenómeno dramático, los ilustrados quisieron utilizarlo para difundir su ideología, como se observa en las obras de Leandro Fernández de Moratín.






Carlos III cazador, de Goya.


LITERATURA NEOCLÁSICA (SIGLO XVIII)

El comienzo del siglo XVIII coincidió en España con la llegada al trono
de los reyes de la casa de Borbón y, con ellos, la influencia francesa.
Éste es el siglo de la Ilustración, del imperio de la “razón”. En esta
época se reformó la enseñanza y se sistematizó el estudio de las ciencias, que
avanzaron notablemente. Se creó la Real Academia de la Lengua, hecho de
gran importancia para la fijación y normalización del castellano.

El neoclasicismo.


Es el movimiento literario y artístico de finales del siglo XVIII y
comienzos del s. XIX. El término neoclasicismo significa nuevo clasicismo,
pues imitó las formas del arte clásico de Grecia y Roma.
El neoclasicismo se originó por influjo de la Ilustración, que consideraba
irracionales las manifestaciones barrocas.
El foco de irradiación del movimiento surge en Francia. Diderot y
D’Alambert, publican su obra, la Enciclopedia, entre 1751 y 1780.

Características generales
.
Finalidad didáctica. Los escritores pretenden con sus obras enseñar a las
gentes a practicar virtudes. Por ello usan un lenguaje muy claro y unos
personajes muy simplificados. Esto supuso la ruina de la poesía y el papel
preponderante de la novela y el teatro.
En este siglo se daba importancia a la razón y todo estaba sometido a las
normas; por ejemplo, en las obras de teatro, la acción tenía que transcurrir en
un solo día y en un solo lugar.

La prosa.

La prosa didáctica tiene un lenguaje claro y sencillo. Destaca el ensayo
(Feijoo, Jovellanos, Cadalso, Cartas Marruecas) y la crítica. La novela
apenas se cultiva.

La poesía.

La poesía también está sometida a la razón, luego está falta de vigor y
espontaneidad. Su fin es moral y educativo. A partir de la obra Poética de
Luzán se vuelven los ojos a la naturalidad de los poetas del siglo XVI:
Garcilaso y Fray Luis. Se cultiva la fábula (Iriarte y Samaniego).

El teatro.

Se sigue la regla de las tres unidades de lugar, tiempo y acción (Luzán, La
virtud coronada; Leandro Fernández de Moratín, El sí de las niñas; Gaspar
Melchor de Jovellanos, El delincuente honrado).

TEMA: LITERATURA NEOCLÁSICA (SIGLO XVIII)

1. ¿Por qué se le llama al siglo XVIII el siglo de la Ilustración?

2. ¿Qué movimiento artístico y literario se desarrolla durante el s. XVIII en
España, y por qué país está influido?

3. ¿Qué fin pretende la literatura neoclásica y cómo es el lenguaje que
utiliza?

4. ¿Qué géneros literarios predominan en el s. XVIII?

5. El sí de las niñas es una comedia que trata sobre Doña Paquita, una
joven de 16 años obligada por su madre doña Irene a casarse con Don
Diego, un sensible y rico caballero de 59 años. Sin embargo este ignora
que Doña Paquita está enamorada de un tal 'Don Félix', quien en
realidad se llama Don Carlos, y es sobrino de Don Diego. Con este
triángulo amoroso como argumento se desarrolla la obra, cuyo tema
principal es la opresión de las muchachas forzadas a obedecer a sus
padres y entrar en un matrimonio desigual y en este caso con una gran
diferencia de edad entre los contrayentes.

Responde verdadero (V) o falso (F):
- El sí de las niñas es una obra del siglo XVII.
- Esta obra es una novela realista y hace una crítica social sobre la
opresión de las muchachas, forzadas a obedecer a sus padres.
- Fue escrita por Jovellanos.
- Es una obra dramática.

6. Relaciona autores y obras.
José Cadalso, Ignacio Luzán, Moratín, Jovellanos
El sí de las niñas
La virtud coronada
Cartas Marruecas
El delincuente honrado